miro a mi madre y me cuesta creer que estuve dentro suyo tanto tiempo, y aún más allá de no poder describir lo que pasé allí, aquí afuera está todo mucho mas convulsionado y cruel.
aquí, en este mundo, y salvando los problemas que nos afectan a todos (y mi corto real alcance de todos los casos), la mujer por naturaleza y lógica es más valiente que el hombre; tiene más tareas vitales que llevar a cabo, más trabajo y esfuerzo que aguantar, y tantos lazos que mantener unidos que hasta diría que son la mayor fuerza contra la entropía de la vida de la especie.
todos sabemos, hemos oído, hemos sentido, hemos vivido algunos de los puntos que mencioné. todos tenemos madres y abuelas, podemos tener hermanas, tenemos amigas, novias, amantes y muchas de sus fotos en nuestro corazón.
sin embargo, aquí en mi país, hay tantos cabos sueltos entre nosotros y el respeto y el amor que una mujer quemada, violada, abusada, despedida, maltratada, discriminada, menospreciada, ignorada, o mejor, muchas veces no tiene la capacidad de defenderse ni de contar con nadie.
esto es una tragedia y un fracaso de todos nosotros: nuestra inactividad y aceptación de los vicios alcohólicos, de drogas, de nuestra manera de pensar, de nuestra ignorancia, de nuestro miedo y de nuestra pésima memoria (pues todos, quienes balean a una embarazada y quienes convierten a las mujeres en las más felices del mundo, salimos del mismo lugar (de una mujer).
de aquí en adelante (pues el 'antes que sea tarde' pasó hace mucho), como comunidad y como nación debemos tomar el compromiso de no solo festejar y enaltecer la existencia de la mujer, y respetar y hacer valer sus derechos y libertades (asi como el de todos los habitantes, sin importar su género), si no también de cortar, neutralizar y acabar con los valores negativos que hacen de la mujer un mero objeto de sexualidad sin alma, un papel con una cola y un teléfono, un objetivo de nuestra ira e irracionalidad.
en fin, todo lo que haga ver distinto a la felicidad que sentimos cuando miramos a la mujer cercana a nosotros a los ojos y celebramos que existimos junta a ella, en la mayoría de los casos, para siempre.
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